La expresión
"Investigación Aplicada" se propagó durante el siglo XX para hacer
referencia, en general, a aquel tipo de estudios científicos orientados a
resolver problemas de la vida cotidiana o a controlar situaciones prácticas.
Dentro de esa concepción general, pueden distinguirse, a su vez, dos sentidos
más específicos de dicha expresión:
a) Aquella que incluye
cualquier esfuerzo sistemático y socializado por resolver problemas o
intervenir situaciones, aunque no sea programático, es decir, aunque no
pertenezca a una trayectoria de investigaciones descriptivas y teóricas. En ese
sentido se concibe como investigación aplicada tanto la innovación técnica,
artesanal e industrial como la propiamente científica.
b) Aquella que sólo
considera los estudios que explotan teorías científicas previamente validadas
para la solución de problemas prácticos y el control de situaciones de la vida
cotidiana. En este sentido sólo son investigaciones aplicadas las que se
enmarcan dentro de una secuencia programática de búsquedas que tienen como
núcleo el diseño de Teorías científicas.
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